formas caducas
que estuvieron vivas
que ya no son
no son
son

juegos banales
intelecto quebrado
divertido
que se transmuta
en estatua colosal
a un ego quebradizo
hueco

Antiguamente se pensaba que las ideas no son propiedad de nadie sino que, más bien, revoloteaban por el aire hasta encontrar una mente propicia a través de la cual colonizar un ser humano y cobrar vida través de sus manos, como si de una energía electrizante encarnada se tratara.

¿Por qué escribir? No creo que haya una respuesta única. A veces me parece que hay demasiado “ruido” y que los espacios de silencio son tan necesarios como nutricios. Sin embargo, la palabra es conexión, es certeza, dinamismo… Las razones para escribir pueden ser infinitas. Aquí van las mías, o algunas de ellas, redactadas a vuela pluma desde la escritura libre